lunes, 13 de diciembre de 2010

El periodismo del siglo XXI

Hasta hace poco se podía decir que el periodismo era la profesión de informar con veracidad y rigor sobre los hechos que acontecen en la sociedad. Los medios de comunicación, públicos y privados, se podían dividir en 3 grandes grupos: prensa, radio y televisión.

El periodismo escrito nació en el 131 a.C bajo el nombre de Acta Diurna, un boletín oficial manuscrito del Imperio Romano que recogía los acontecimientos más importantes para su lectura en público en el Senado. En 1604, en Alemania, Johann Carolus fue el primero en utilizar la imprenta de Guttemberg para la difusión de un boletín de noticias que él mismo escribía. No fué hasta 1622 cuando se fundó el Weekly News of London, el primer periódico de tirada nacional en el mundo.

Aunque el invento de la radio data de mediados del siglo XIX, no fue hasta 1920 cuando surge la primera emisora con contenidos de entretenimiento en Argentina. En 1933 Edwin Armstrong permite el uso de la frecuencia modulada. Si la prensa escrita permitía difundir las noticias a un gran número de personas, la radio amplió su difusión espacial.

El invennto de la televisión comienza en 1910 pero no fue hasta 1922, en Inglaterra, cuando la BBC hace su primera emisión en abierto.

Aunque todos estos medios de comunicación tradicionales han evolucionado mucho desde sus orígenes, lo cierto es que siempre han sido utilizados por la maquinaria propagandística de Estados y entidades privadas. Con el liberalismo económico, los grandes medios de comunicación han estado fuertemente vinculados al poderío económico de grandes magnates de la comunicación como Rupert Murdock con imperios de comunicación en los cinco continentes.

En todas las dictaduras del siglo XX se ha ejercido un ferreo control sobre los medios de comunicación de masas, consideradas en 4º poder de la división de poderes del sistema democrático. Quien controla la información tiene el poder.

Hoy en día los medios de comunicación tradicionales se jactan de objetividad, veracidad y rigor informativo aunque ha quedado claramente demostrado que no dejan de ser empresas privadas con intereses económicos opacos, una escasa actitud crítica y una intención clara de mostrar la verdad a toda costa. Son pocos los periodistas que pueden expresar libremente su opinión sin poner en juego su puesto de trabajo, teniendo la encubierta obligación de seguir una determinada línea editorial.

El auge de las publi-noticias, la sistemática ocultación de determinados contenidos noticiables y la supeditación de los contenidos a los índices de audiencia han condenado a los que trabajan en los mass media a una profesión oscura y desdeñable. Los periodistas, en su mayoría, ejercen de mercenarios de la desinformación que sirven, quieran o no, a la mano que les dá de comer.

Pero existe un nuevo periodismo, un nuevo periodista. La revolución tecnológica del siglo XXI sigue siendo Internet, y es en la red donde cualquiera puede ser un periodista siempre que cumpla con los requisitos de un buen informador: capacidad de redacción, informarse, contrastar las fuentes y tener la intención de ser objetivo e imparcial.

Los blogs son medios de comunicación en miniatura, muchas veces unipersonales, con pocos medios económicos pero con una clara intención de informar asépticamente. Portales como Wikileaks son grandes altavoces de lo que pocos medios de comunicación se atreven a contar. Con internet surge un ejército de ciberperiodistas que están dispuestos a contar lo que los gobiernos pretenden silenciar, y aunque sea imposible alcanzar la objetividad, al menos sólo tienen que rendirle cuentas a su propia conciencia. Es un nuevo espíritu de comunicación, sin presiones políticas o económicas. Informar por informar, opinar sin  la consecución de una estrategia puramente empresarial.

El caso de cablegate destapado por Wikileaks supone un suceso sin precedentes en la historia del periodismo. Por primera vez un medio no vinculado a Estados, servicios de inteligencia, investigaciones policiales o periodísticas,  muestra tal cantidad de documentos que ponen en tela de juicio la actuación diplomática y política de tantos países. Es vergonzoso que los gobiernos intenten acallar tal escándalo, resulta indignante que muchos medios no hagan un tratamiento más profundo y exhaustivo del asunto en sus espacios informativos, es humillante como se criminaliza a una red de informadores y al propio fundador de wikileaks, Julian Assange, cuando su única tarea ha sido hacer de este mundo un lugar más trasparente. Mientras algunas autoridades piden la ejecución de dichos mártires de la causa - en el sentido más literal - , miles de ciudadanos piden la libertad de Assange y exigen responsabilidades a sus gobiernos por la manipulación intencionada y criminal de sus secretos (como el asesinato de José Couso, cobertura a la extradición de los presos del recinto de reclusión inconstitucional de Guantánamo, etc...)

Cualquiera que disponga de tiempo, desde su casa, puede consultar varios periódicos digitales a diario, contrastar la información de uno u otro medio, investigar sobre lo que le resulte relevante y, si lo desea, redactar una noticia con mayor perspectiva y profundidad. Sólo cuando la población sea consciente de cómo funciona el mundo, de lo que sucede y de los motivos de los acontecimientos, será capaz de elegir con criterio a nuestros delegados políticos.
Mientras tanto sólo estaremos a merced de la tormenta.

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