sábado, 27 de noviembre de 2010

Cómo cambiar el mundo

Somos animales sociales fruto de una evolución filogenética milenaria. El ser humano tiene una trayectoria de violencia, egoísmo y empatía desde los albores de la historia, desde la supervivencia hasta la supremacía como especie planetaria. El conocimiento ha ido creciendo en cantidad y complejidad hasta situarnos en la era digital. Somos capaces de poner a otro ser humano en la luna y traerlo de vuelta con vida, observamos la inmensidad del universo con potentes telescopios, capaces de realizar complejas operaciones de cirugía, y montar infraestructuras que ponen en una comunicación global a todos los seres humanos de la Tierra. Los logros han sido fascinantes y la revolución tecnológica de nuestros tiempos es abrumadora. Sin embargo, somos incapaces de diseñar y ejecutar una estructura social a nivel mundial que evite la desigualdad, la injusticia y la esclavitud. La infelicidad, nos guste o no, es el sentimiento predominante de la humanidad.

La educación ha sido clave para situarnos en el punto en el que nos encontramos. De una transmisión oral de conocimientos, a una difusión escrita del pensamiento, la prehistoria humana terminó con la invención de un código escrito que permitía materializar las ideas y hacerlas más resistentes al paso del tiempo.

Del manuscrito, pasando por la multiplicación de textos con la imprenta, hemos llegado a la virtualización de la información gracias a la era digital (en el siglo XXII  posiblemente será denominada en los libros de Historia como "La era estúpida") . Internet pasará a la historia como un punto de inflexión de la evolución intelectual humana. La alta alfabetización de la población y la democratización de los medios tecnológicos han permitido un hecho sin precedente: hemos creado una herramienta que puede ser usada mundialmente para compartir conocimientos libremente y establecer comunicaciones multilaterales sin censura. Lo que se creó con fines militares, ha terminado siendo un punto de encuentro de millones de seres humanos esparcidos por la Tierra que interactúan para una colectivización del pensamiento. Hemos creado un cerebro artificial del tamaño de un planeta, en el que cada persona funciona como una neurona independiente, pensante, crítico o sumiso al sistema al que pertenece.

Resulta imprescindible diseñar un sistema educativo que potencie las relaciones humanas, basado en la empatía y el colectivismo, conjugando los intereses individuales mediante la consecución de los intereses comunes. Que pasemos de una ciudadanía individualista a una cuidadanía global que refuerce nuestros vínculos afectivos. Cuidar a los más vulnerables, cuidar nuestro entorno, cuidar nuestras relaciones, transformar la cultura del consumismo material por un consumismo inmaterial de servicios culturales e intelectuales, reducir las diferencias socio-económicas y las jornadas laborales y aumentar las relaciones familiares y sociales, hallar un modelo productivo verdaderamente sostenible, reducir nuestro impacto en el planeta y respetar la diversidad natural y cultural.

Se necesita un cambio que acabe con esta crisis de conciencia, un cambio incondicional y altruista que debe alcanzar todos los medios de reproducción que estén al alcance de cada individuo.
El cambio mundial pasa necesariamente por un sistema educativo que refuerce los lazos empáticos que nos unen por una causa común, que nos dé las herramientas necesarias para ser críticos y ser más eficientes para la consecución de los objetivos comunes. Se necesita de una educación basada en la emotividad y en la razón. La gente necesita ser orientada en valores para que no se pierda en la tormenta de estímulos y mensajes que invade nuestra sociedad. Esos valores son igualdad, libertad y justicia, e implica profundos cambios en nuestro modo de vivir. Es necesario perder el miedo al cambio, porque es un cambio que nos beneficia todos y hace de este mundo un lugar mucho mejor.
  • Se quiere una sociedad que elimine el consumismo de objetos y los sustituya por un consumismo de servicios culturales que nos formen, nos informen y nos entretengan. La educación es el eje cultural de una sociedad y la escuela es una cantera de artistas e intelectuales.
  • La reducción del consumo provocará un descenso en la demanda de energía. Debe producirse una revolución energética que sustituya los combustibles fósiles por energías renovables: hidroeléctrica, solar, eólica, biomasa, maremotriz, termo-eléctricas, e hidrógeno. Las viviendas, las empresas y la sociedad estará diseñada por el principio de eficiencia energética. Se necesita educar en una sensibilización medioambiental para que cada ciudadano sea consciente de la repercusión que tienen sus actos individuales.
  • El incremento de la productividad debe ir en detrimento de la jornada laboral, regulando por ley mínimos y máximos en la duración de las jornadas, siendo férreamente supervisadas por la Administración Pública. Las horas extras serán ilegales. Mayor tiempo libre implicará una mayor conciliación con la vida familiar.
  • La educación será universal, gratuita y de calidad. El incentivo credencialista no debe ser el sueldo sino la duración de la jornada laboral, en el que se establezca un mínimo y un máximo de sueldo coherente con el reparto equitativo de la riqueza. La principal diferencia entre las ocupaciones de alta/baja cualificación o alta/baja responsabilidad será el número de horas de trabajo. De este modo se eliminan las diferencias salariales excesivas que provocan tanta desigualdad social a la vez que se prima una alta formación de la población que gozará de más tiempo libre cuanto mayor sea su cualificación y/o responsabilidad laboral.
  • La vivienda será un bien público apartado del sistema de mercado. Su arrendamiento estará sujeto a contratos con la Hacienda Pública bajo los criterios del mínimo coste y la máxima calidad. Se evita así la esclavitud económica adquirida con las entidades financieras privadas.
  • Se fomentará un sistema económico-productivo de crecimiento y beneficio cero, que es por definición el único sistema ecológico-socio-sostenible. El incentivo empresarial no será económico sino de prestigio y reconocimiento social, descuentos en el arrendamiento o en el sistema de consumismo cultural, mejoras en las condiciones laborales (más vacaciones, menos jornada laboral…) La escuela debe inculcar dichos valores para su sustentación moral.
  • Se hará una transición política por la cual, se irán eliminando gradualmente a nuestros representantes políticos para dar paso a una democracia real mediante la incorporación de las nuevas tecnologías. Se necesita una plataforma virtual donde confluyan multitud de informes realizados por muchos asesores que darán distintas visiones de los hechos sobre los que se debata. La población, una vez se haya informado, emitirá un voto electrónico, siempre que quiera o se sienta capacitado, para decidir democráticamente las cuestiones políticas. Los ciudadanos, al tener una menor jornada laboral, tendrán más tiempo para dedicarse activamente a la política.
  • Para que el sistema anterior funcione se requiere que la población sea educada bajo unos criterios que eliminen el dogma y se apoyen en la razón y la emoción. Será de vital importancia educarlos en materias de sociología, psicología, política, método científico, filosofía y deontología, formándoles específicamente para la detección de la manipulación, el fraude y fomentando la conciencia empática.
  • En un mundo empático no es necesario el gasto militar, pudiendo ser invertido en otras cuestiones sociales como la sanidad, la justicia y el sistema penitenciario orientado a una reinserción real (se necesitarán más asistentes sociales, más psicólogos, psiquiatras,...)
  • Debe haber una distribución laboral más coherente con el sistema. El descenso de consumo de objetos dejará un excedente de trabajadores de la producción, del transporte, de promoción y ventas, que serán absorbidos por otros sectores en auge, como la cultura, el arte, los medios de transporte público y la instalación, mantenimiento e investigación de energías renovables.
  • El reciclaje de los materiales estará presente desde la producción hasta la reutilización después de su vida útil. Todo estará diseñado para maximizar su durabilidad y reciclaje final.
  • Se fomentarán los medios de transporte públicos en detrimento del privado. Mejores infraestructuras en el sector reducirán el impacto medioambiental y acortará el tiempo de trayecto. Se hará propaganda del uso de la bicicleta, autobús, metro o tren. Para los viajes nacionales o internacionales se fomentará la construcción de trenes muy rápidos en una red que comunique los países. Si todos los países se suman a ello, se puede sustituir al avión en la mayor parte de los casos, evitando así gran parte de la contaminación. Cuando la tecnología permita construir aviones movidos por pilas de hidrógeno o fusión nuclear, se retomaría este medio de transporte. La educación concienciará a los alumnos de la eficiencia y la importancia de usar el transporte público.
  • La investigación es la base del conocimiento y del desarrollo tecnológico y humano. Al potenciar desde la infancia las relaciones humanas empáticas orientadas hacia el colectivismo, desechando la competitividad egoísta, se desarrollarían en los entornos universitarios departamentos de investigación multidisciplinares que incrementarían el desarrollo y aplicación del conocimiento científico y humanístico. La interconexión profesional basada en la empatía, la motivación personal de aportar avances a una sociedad que funciona con justicia, y el prestigio social de desempeñar una función tan importante, serían el medio apropiado para resolver muchas de las incógnitas que nos quedan por resolver.
 Así que tomen nota, ciudadanos, políticos y demás seres entrópicos del planeta. Doy permiso para que plagien mis ideas, las incorporen en sus campañas políticas o discursos personales. De ser así, un servidor perderá el protagonismo de sus propias palabras pero habrá infectado al sistema con ideas que pueden solucionar el mundo.


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