Mostrando entradas con la etiqueta justicia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta justicia. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de junio de 2017

"Justicia" popular

Cada vez que el pueblo clama "justicia" ante las noticias más escabrosas, se produce una exaltación de sentimientos viscerales de carácter sádico-homicida, lo que da buena muestra del escaso conocimiento de muchos en materia judicial y democrática y pone de manifiesto la terrible naturaleza del ser humano en lo referente a la violencia, la crueldad y el sadismo.
Lo que muchos llaman "buenismo" otros lo llamarían respeto extremo por los Derechos Humanos, incluso para aquellos que son horribles personas capaces de cometer los peores crímenes de esta sociedad.
Nos queda mucho por aprender de la democracia y los comentarios que se vierten en las redes sociales dan buena cuenta de ello.

miércoles, 24 de mayo de 2017

La "justicia" del siglo XXI

En pleno debate social sobre limitar la libertad de expresión por la vía administrativa, censurar ideologías o cercenar garantías procesales para contentar a las masas con una justicia-rápida (o justicia-basura), quiero centrar el asunto en el etiquetado prejuicioso que hacemos de los asuntos noticiables.
_______________

[Emplearé comillas para resaltar las "etiquetas"]

Imaginemos que un "blanco" "veterano de guerra" y "discapacitado" está tranquilamente en un aeropuerto y empieza a ser hostigado e insultado por un "inmigrante" "latino" ("puertorriqueño").

Sin pruebas ni testigos, al hacer acto de presencia la policía del aeropuerto, los agentes hacer una rápida valoración de la situación y determinan que el "latino" está molestando al pobre "norteamericano" "blanco" ¿Se necesitan más pruebas? No. Fin del asunto. Deportación del latino y todos contentos. Justicia rápida, justicia basura.

 
Si resulta que el "blanco" "veterano de guerra" y "discapacitado" es el que comienza a insultar e increpar al "latino" por HABLAR EN ESPAÑOL, la cosa cambia. Ahora el "inmigrante" "latino" es un "norteamericano" de origen "puertorriqueño" que estaba haciendo legítimo uso de su lengua materna cuando un trastornado con malos modales le insulta, le molesta y realiza falso testimonio ante la policía para inducir su detención.
______________

He realizado esta ficción distópica para subrayar la necesidad de no realizar juicios de valor precipitados sobre los asuntos judiciales y sobre todo para entender la necesidad de mantener las garantías procesales aún a riesgo de hacer una Justicia lenta. Más vale que un culpable quede libre a que un inocente sea privado de su libertad. Condenar a alguien a prisión es algo muy serio y los delitos deben estar sólidamente probados para justificar la pena.

Las etiquetas con las que sustentamos nuestros prejuicios sólo nos alejan de esa Justicia ciega e imparcial, para llevarnos hacia una Justicia visceral y antidemocrática. Fusilar las garantías procesales no es ponerse del lado de las víctimas; es acercarse a la tiranía y dinamitar la poca democracia que nos queda. Recortar libertades cuando obedece a nuestros intereses individuales es un arma de doble filo que nos decapitará cuando el mismo recorte se aplique en nuestra contra. Hacer leyes asimétricamente discriminatorias por cuestión de género es tan aberrante como hacerlas por cuestión de cuestión de "raza", credo o ideología política.

El poder legislativo y el judicial no pueden ni deben caer en esa trampa populista y si se decide proteger a un colectivo vulnerable, debe hacerse desde el poder ejecutivo, educando, sensibilizando, visibilizando, protegiendo con todos los mecanismos a su alcance...

Todo esto viene a colación tras leer cientos de comentarios en las redes donde se debate sobre violencia de género, la ley mordaza 2.0 de Podemos, feminismo y pseudofeminismo, terrorismo e islamofobia... y muchos otros asuntos de la actualidad porque sucede que hay personas que hablan de Justicia sin tener ni idea de leyes ni de Justicia, sentencian sin juicio ni defensa, aplicarían la pena de muerte o la Ley del Talión sin que les tiemble la mano, censurarían todas aquellas opiniones (e incluso pensamientos) que les parecen ofensivos, ilegalizarían partidos en un abrir y cerrar de ojos... y luego se ponen orgullosos las medallas de ser demócratas, defensores de la libertad y la mar de tolerantes y ecuánimes.

En lo tocante a las Libertades Públicas y los Derechos Humanos hay un asombroso porcentaje de personas que abogan por la Justicia Medieval. Y lo peor de todo es que este es un caldo de cultivo perfecto para que enraíce un totalitarismo devastador que nos haga retroceder unos cuantos siglos. Y así nos luce el pelo.

viernes, 19 de febrero de 2016

Que nadie ofenda mi ateismo


Artículo 525 del Código Penal:
"Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican."
______________________________________________

Respetemos a los cristianos. Sí. Y a los judíos. También. Y a los musulmanes, por supuesto. Y por qué no a los budistas. Respetemos las creencias religiosas de los demás, pero que las religiones respeten también la aconfesionalidad del Estado. Que se respete del mismo modo el ateismo y agnosticismo, y que quede explícitamente reconocido en las Leyes.

Que cada creyente sufrage su religión con su dinero, del mismo modo que yo sufrago mi propio ateismo.

Que cada religión pague sus impuesto sin exenciones, del mismo modo que yo pago "religiosamente" mis impuestos.

Que las religiones salgan de las instituciones públicas porque son de todos, creyentes y no creyentes. Especialmente que la religión se aleje de la educación pública: que cada uno profese la religión que quiera, pero fuera del currículo escolar. Y que el Estado deje de subvencionar la educación privada y concertada, porque lo que tiene que hacer es emplear esos fondos PÚBLICOS a mejorar la Educación Pública, que es la de todos.

Que la Justicia actúe contundentemente contra los delitos de la Iglesia, sobre todo cuando se demuestre que encubren delitos de pederastia.

Respetemos las religiones y las no-religiones. Apliquemos la Ley con la misma vara de medir a todo el mundo, con la misma diligencia y contundencia. Y quién esté libre de pecado, que tire la primera querella.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Bailad marionetas, bailad!

En alusión a los titiriteros encarcelados preventivamente por "apología del terrorismo":

Durante la Transición Española la Justicia procuraba no imponer sanciones y medidas coercitivas a la libertad de expresión por aquello de diferenciarse radicalmente, al menos en las formas, del régimen dictatorial de Franco.

La sociedad española de los 80 no habría permitido semejante aberración democrática, pues el mal gusto es reprobable aunque tolerable, pero la censura no tiene sitio en la democracia. Nadie en su sano juicio debería pretender legislar sobre la "ideología" de una obra artística o si debe ser ilegalizado el "mal gusto" de un creador. A mi me parece horrible Sálvame o MYHYV pero no por ello quiero ilegalizarlo! Lo realmente preocupante es la deriva tardofranquista del siglo XXI español, el secuentro de las Instituciones del Estado, la violación de las garantías procesales, el expolio de los intereses comúnes, la criminalización de todo pensamiento diferente y la corrupción sistémica de determinados partidos políticos.

¿Pensáis que una dictadura, o un genocidio por motivos ideológicos, no sería posible hoy en día, aquí en España? A la luz de los hechos, yo no estaría tan seguro.

miércoles, 13 de enero de 2016

La Doctrina de Borbón y Grecia

Todo es cierto, salvo alguna cosa. Parafraseando al juez Pedraz, "que Hacienda no somos todos era algo que uno ya se temía, pero que te lo digan en la cara me parece una falta de respeto hacia quienes ingenuamente hemos pagado nuestros impuestos creyendo en ese principio".
Y no es para menos. Que lo diga el abogado de la infanta o el frutero de la esquina tiene un pase, pero que lo digan personas que representan al Estado es una vuelta de tuerca más hacia la decadencia democrática, que ya era deficitaria en el pasado.
Imputar a la monarquía en un proceso judicial ha desvelado con qué materia está hecha la democracia española: Fiscal y Abogacía del Estado unidos para defender a una institución más propia del medievo que de una democracia moderna. Ambas instituciones públicas defendiendo a la que presuntamente robó a todos los españoles cuya única defensa es que ella no sabía nada y que lo hacía todo por amor, y la intentan sacar del juicio acogiéndose a la Doctrina Botín, que no es más que uno de esos inusitados casos de la Justicia española en el que el archiconocido pirata Botín se escaqueó de sus responsabilidades con la Justicia y con Hacienda por ser rico (multimillonario si hablamos con propiedad) y por untar a unos cuantos para exonerarle, creando así jurisprudencia.
Ahora bien, si la infanta resultara libre finalmente de sus responsabilidades legales, aún figurando su firma como cotitular de la empresa defraudadora, aún cobrando por ello, aún defraudando a Hacienda y todo lo demás... esto también podría crear jurisprudencia y se crearía la "Doctrina de Borbón y Grecia". De este modo, cualquier persona que firme documentos, que cobre por una actividad ilegal y no declare a Hacienda lo que corresponda, puede invocar la "Doctrina de Borbón y Grecia" y recordarle con ello a la Fiscalía del Estado, a Hacienda y a la Justicia que retire todos los cargos porque todos los delitos se hicieron bajo el amparo del amor más ciego y la ignorancia más flagrante.

martes, 17 de noviembre de 2015

Si vis pacem para bellum

Decían los romanos "Si vis pacem para bellum" (Si quieres la paz, prepara la guerra) aunque realmente dijeron «Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum»
(si realmente deseas la paz, prepárate para la guerra). Su concepto de paz era la guerra, conquistando, masacrando, violando, haciendo esclavos, arruinando tierras, colonizando para expandir su imperio. No hay épica ni ideas románticas en la guerra. La guerra es muerte y desolación, es violación de derechos y un atentado a la dignidad y a la ética más básica.
Los romanos no conocían otro modo de obtener la paz... ¿y qué paz le quedaba al vencido, al conquistado? La esclavitud, pasar de persona a cosa.
Así llevamos más de 2000 años en la misma línea de barbarie, con la patente de corso por bandera, preparándonos para la guerra y la piratería más rastrera, con la hipócrita intención de engañarnos creyéndonos que matando, violando y esclavizando obtendremos algún día algo parecido a la paz.

martes, 19 de mayo de 2015

Inmigrantes a la deriva, democracia naufragada


Las diferencias entre las políticas de inmigración del Sudeste Asiático y Europa son evidentes: mientras países como Indonesia o Bangladesh evitan dar soporte humanitario a barcos a la deriva atestados de gente que huye de la pobreza, el hambre y la dictadura militar de Myanmar, aquí en Europa, que somos más "avanzados", hemos aprendido a dar un trato "diferente" a los inmigrantes sin-dinero ("sin-papeles", en argot políticamente correcto).
Ya podían aprender esos países de Asia un poco de Derechos Humanos Europeos y socorrer a los moribundos que van a la deriva en esos barcos para deportarlos posteriormente según la alegalidad vigente.
Aquí, en el 1er mundo, lo correcto es elevar murallas, golpearles para que bajen de las alambradas, poner concertinas, disparar material antidisturbio mientras se ahogan, realizar devoluciones en caliente incluyendo a menores de edad para entregarlos en un país como Marruecos, cuya policía les propina una paliza de bienvenida. Lo democrático es encerrarlos en Centros de Internamiento, que es el término bonito para denominar un lugar donde se priva de libertad de movimiento y otros derechos fundamentales a personas que no han cometido ningún delito, pero cuya irregularidad más flagrante es no tener dinero, o papeles... que es básicamente lo mismo.
Y si vienen en masa por mar, la solución más democrática es destruir esos barcos de pesca que presuntamente son utilizados por las mafias para traer inmigrantes a Europa, porque sin barcos de pesca, las mafias utilizarán otras embarcaciones más precarias para enviar humanos a la muerte, y claro... eso limita mucho el número de gente que llega viva a Europa y el problema se reduce evidentemente. Se reduce, al menos, de cara a la opinión pública europea.
Salvarles, dicen algunos, provocarían efecto-llamada. Y dejarlos morir a su suerte es más europeo, más natural. Lo de remolcarlos a altamar es de asiáticos sin escrúpulos. Y preguntarse por qué hay gente que huye de sus países de orígenes molestaría al dios Mercado. Y una cosa es que mueran personas desconocidas de países lejanos que casi ni siquiera aparecen en la tele, y otra muy distinta es ultrajar a los mercados, que nos castiguen con otra crisis, y que terminen tocando mi bolsillo. Y eso sí que no.

martes, 23 de octubre de 2012

Igualdad para quién, libertad para qué



Dice nuestra Constitución Española en su Artículo 1.1

"
1.1-  España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político."

Vayamos por partes:

La libertad es, entre otras cosas, la posibilidad de actuación del individuo dentro de los límites establecidos por la ley.

La justicia es la aplicación de la ley con principios de equidad y proporcionalidad.

La igualdad es la aplicación efectiva de un marco social que otorgue igualdad de oportunidades para el pleno derecho y disfrute del ámbito social.

Y el pluralismo político es la capacidad de presentar todas y cada una de las opciones políticas que puedan representar a los ciudadanos en los Poderes del Estado, siempre que actúen dentro del marco legal preestablecido.

En el actual contexto socio-político, la libertad ejercida y legislada por los neoliberales, valga la redundancia, menoscaba no sólo el resto de valores constitucionales, sino la libertad en sí misma. La cuestión es que no puede haber igualdad de oportunidades si se recortan los servicios públicos, si se debilita la enseñanza pública, se limita el acceso a los estudios superiores por un criterio estrictamente económico, si la sanidad ya no es universal, si se duplican las tasas judiciales que permiten su acceso, si se deslegitiman las protestas pacíficas debidamente autorizadas, si se coarta el derecho a la información, si se infravalora la libertad de expresión del pueblo del que emanan los poderes del Estado, si se imponen el copago repago abusivo en medicamentos y trámites administrativos vitales. No puede haber igualdad de oportunidades si una parte de la población no puede acceder a la vivienda debido a unos precios abusivos, si las entidades de crédito y préstamo conceden vías de financiación con cuestiones totalmente arbitrarias, si estas entidades de usura ejercen el desahucio con total frialdad, con el beneplácito del Estado, mientras sus cuentas son saneadas con el erario público, unas cuentas que arrojan cifras muy negativas precisamente por acumular propiedades embargadas que no son más que activos inmobiliarios envenenados por ellos mismos, y no pasivos líquidos que salden sus sus propias deudas.

Este es el sinsentido de las últimas décadas de gobiernos neoliberales: la cara amable y falsa del PSOE, la cara ruin y perversa del PP y la alternativa corrupta e independentista de PNV y CiU. Todos han despilfarrado de las arcas públicas aunque de diferente forma. Las privatizaciones de sectores críticos del país se han presentado como la única opción posible para la viabilidad económica, en vez de racionalizar el gasto y perseguir la corrupción que se ha ido afincando en todos los estratos de la sociedad. Dicho de otro modo, se podía, y se puede, sanear un sector deficitario siempre que se administren los fondos con escrupulosa profesionalidad, apartada del populismo demagógico y los intereses personales.


Haciendo una metáfora delirante, es como si los padres de una familia consideraran que el dinero empleado en el material escolar de sus hijos fuera un gasto totalmente inviable, y no una inversión de futuro. Aplicaría el recorte necesario para la sustentabilidad de la economía familiar, dejando sin libros de texto de mates e historia, yendo al ikea a por lápices gratuitos, sustituyendo el cuaderno por la cara no impresa de los folletos publicitarios, mientras se sigue pagando la televisión por cable para ver las fiestas de San Isidro y se coge el flamante deportivo hasta para ir a cagar. Luego, en el bar, comentaría al resto de colegas que no llegaba a fin de mes y que, aunque no fue de su agrado haber tomado esas medidas, eran totalmente necesarias para el futuro de su familia.

Para que vean el sinsentido, se han construido aeropuertos sin pasajeros, estaciones sin trenes, autovías a ningún lado, hospitales en lugares donde ya había otros que tenían cobertura suficiente, museos sin exposiciones, palacios de congresos megalómanos en poblaciones modestérrimas, obras de arte millonarias para adornar glorietas, y un sinfín de inversiones ruinosas que han destruido nuestro patrimonio público. Si se han construido en la última década múltiples aeropuertos exageradamente deficitarios, la solución del anterior gobierno de Zapatero fue privatizar parcialmente AENA, con la venta de los aeropuertos de Barajas y El prat, precisamente los dos aeropuertos más rentables de España. Si se sabe que los culpables de la actual crisis han sido los bancos y el fraude fiscal, pues se amnistían a los defraudadores y se nacionalizan las deudas de las entidades bancarias, previa indemnización millonaria de sus directivos, obviamente. Así lo entiende el PP.

Entre unos y otros, se han ido aplicando recortes y más recortes, subidas de impuestos indiscriminadas, apartando del debate público las SICAV, modificando la Constitución Española para que el pago de la deuda contraida por la nación se ejecute con la máxima prioridad, no así para modificar una ley electoral que claramente beneficia a los dos grandes partidos y que pone en tela de juicio el propio sistema democrático.

Si la libertad solo puede ser ejercida por quien tiene fondos suficientes para ello, si se merma lo público y se subvenciona lo privado, se llega a que la igualdad es sólo un concepto teórico completamente apartado de la realidad. Con una libertad sesgada y una igualdad inexistente, no hay justicia posible. Y del pluralismo político real mejor ni hablamos: qué más dá que vote a PP o PSOE, a PNV o CiU, si en el fondo todos son marionetas del poder económico...

El día que se nacionalice la banca, el sector energénico, las telecomunicaciones, los colegios y hospitales, se eliminen las SICAV, se castigue con cadena perpetua la corrupción política y fiscal, y se reparta la carga de trabajo hasta llegar al desempleo cero, entonces, sólo entonces, hablaremos de constitucionalidad.