viernes, 19 de febrero de 2016

Que nadie ofenda mi ateismo


Artículo 525 del Código Penal:
"Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican."
______________________________________________

Respetemos a los cristianos. Sí. Y a los judíos. También. Y a los musulmanes, por supuesto. Y por qué no a los budistas. Respetemos las creencias religiosas de los demás, pero que las religiones respeten también la aconfesionalidad del Estado. Que se respete del mismo modo el ateismo y agnosticismo, y que quede explícitamente reconocido en las Leyes.

Que cada creyente sufrage su religión con su dinero, del mismo modo que yo sufrago mi propio ateismo.

Que cada religión pague sus impuesto sin exenciones, del mismo modo que yo pago "religiosamente" mis impuestos.

Que las religiones salgan de las instituciones públicas porque son de todos, creyentes y no creyentes. Especialmente que la religión se aleje de la educación pública: que cada uno profese la religión que quiera, pero fuera del currículo escolar. Y que el Estado deje de subvencionar la educación privada y concertada, porque lo que tiene que hacer es emplear esos fondos PÚBLICOS a mejorar la Educación Pública, que es la de todos.

Que la Justicia actúe contundentemente contra los delitos de la Iglesia, sobre todo cuando se demuestre que encubren delitos de pederastia.

Respetemos las religiones y las no-religiones. Apliquemos la Ley con la misma vara de medir a todo el mundo, con la misma diligencia y contundencia. Y quién esté libre de pecado, que tire la primera querella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario