viernes, 17 de junio de 2016

Etiquetaje periodístico

Un hombre mata a una laborista en UK y es un perturbado con afinidad a organizaciones supremacistas (mejor si usas un término complejo que poca gente entienda a la primera).
Si un estadounidense mata a 50 gays en un club es un terrorista islámico (terrorismo e islámico como etiqueta dual con intención de asociar la una con la otra).

Uno podría pensar que no es comparable las muertes de uno y otro caso. Claro, como Timoty McVeigh de los atentados de Oklahoma, que en 1995 mató a 168 personas con 2300kg de explosivo. O el caso de Anders Behring Breivik que mató a 77 personas en Noruega en 2011. 

Ambas personas estaban relacionadas con grupos fascistas. Pero ya veis que los medios no están todo el día hablando del problema del fascismo en Europa, que lo hay. La causa principal es que el fascismo está en muchos gobiernos, en muchos estratos sociales. El fascismo no ha muerto ni mucho menos. El fascismo es política de la desigualdad y de la violencia del fuerte frente al débil. Mientras el mundo se polariza entre los inmensamente ricos y los masivamente pobres, la tele dice que el problema es Venezuela, los inmigrantes y el comunismo.

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