viernes, 3 de junio de 2011

Estimado Sr. Puig

Estimado Sr. Puig (Conseller del Interior):

Le comunico mi indignación ante las repercusiones que están generando sus decisiones y actuaciones en lo concerniente al desalojo brutal de Plaza de Catalunya el pasado 21 de mayo de 2011, en el cual usted ordenó que la emblemática plaza fuera "limpiada" a palos por mossos y guardia urbana.

Debe usted ser consciente que desoyó todas las advertencias que aconsejaban una vía diplomática y pacífica que evitara el bochornoso espectáculo que dieron sus esbirros a golpe de porra y escudo. Su ejército de matones del Estado, todos ellos gracias a nuestro bolsillo incluido su cargo y honorario, dejó una multitud de heridos que no van a olvidar la brutalidad policial de un Estado represor de las libertades públicas inherentes a cualquier ser humano, violando así, la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948.

El art. 1 dice así:

"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros."

El art. 5:
"Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes."

Art. 18:
"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de Creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia."

Art. 28:
"Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos."

Como ve, usted, con sus ordenes y decisiones, ha infringido una multitud de artículos de una Declaración ratificada por el Estado español por el cual, usted como representante público de la Administración española, debe acatar le guste o no su contenido.

Sepa también que no sólo dió ordenes de actuar negligente y desproporcionadamente ante una masa de personas pacíficas sino que incumple las siguientes obligaciones:

Si un policía no puede ser identificado, queda impune ante cualqueir hecho delictivo que pueda cometer.

Sí sr. Puig, la ética es importante en todas las profesiones, incluida la policía.

Equivocarse es de humanos, pero no arrepentirse es de necios.


Por todo ello, le exijo que dimita ante la negligencia e incapacidad de asumir las responsabilidades que se derivan de su cargo y espero que la justicia, si es que puede actuar de oficio, depure responsabilidades para que hechos tan denigrantes como los sucedidos en plaza de cataluña no vuelvan a suceder en una DEMOCRACIA.

Atentamente.
Un indignado.

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