Ayer aprendí que la gente NO ES sino que PADECE DE. Alguien no es un
resfriado, ni un cáncer, ni una gripe sino que padece estas enfermedades.
Igualmente nadie es depresivo sino que padece depresión, nadie es
mentiroso sino que padece de sus propias mentiras, nadie es cobarde sino que
padece de su propio miedo. El mundo no está loco sino que padece un
trastorno (curable) de falta de sentido común. Lo fácil es etiquetar y
clasificar en la inmutabilidad: lo difícil es analizar, reflexionar y
tratar de curar los desórdenes bajo el paradigma de que todo es fugaz,
relativo y cambiante.
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